jueves, septiembre 29, 2005

¿Democracia?

La retórica era clave para la Democracia en la antigua Grecia. En aquel sistema no bastaba solamente con el "reconocimiento" social, sino que el político debía proponer ideas y comunicarlas claramente. Se persuadía por medio del discurso y de la inteligencia.

Es verdad que la participación ciudadana estaba vedada a unos pocos, pero esos pocos sabían lo que elegían. Por otra parte, no se seleccionaban "gobernantes" (los cuales, generalmente, eran sorteados) sino que tomaban partido directamente en las decisiones.

El voto favorable solamente ocurría si había convencimiento verdadero en cuanto al fondo de las ideas.

Eso era Democracia (con mayúsculas).

Comparemosla con la democracia (con minúsculas) actual:

Hoy elige un grupo más grande de personas pero, comparativamente, esta elección es más ignorante que la de los antiguos griegos(*). No se eligen Ideas sino personalidades o imágenes (los ejemplos estarían de más por obvios).

Por supuesto, la mayoría de ignorantes (votantes) se sienten muy a gusto con que los represente alguien a su altura. La psico-sociología humana es indiscutible en este caso: nadie quiere ser gobernado por un "inferior", pero tampoco por uno muy "superior". La conclusión es lógica: al gobierno siempre llegan ignorantes (quizás un poco por encima de la media social, pero ignorantes al fín).

¿Por qué hablo de ignorantes? Porque es gente que vota sin saber que vota. No se da cuenta (ignora) que, en el actual sistema, con su voto le da poder sobre su vida a alguien que no conoce verdaderamente.

Nos acostumbramos al sistema y, prácticamente, lo sacralizamos pero una mirada profunda deja al descubierto unos cimientos muy endebles. Los políticos, esas personas que dirigen el fracaso social argentino, son producto del sistema. Si se quiere otro producto, la única solución es cambiar el sistema.

Pero la ignorancia asfixiante lo impide y lo impedirá. Ese acto de sentirnos "importantes" por 3 minutos es el opio al que nos hemos hecho adictos. Y esa esa falsa sensación de "electores valorados" la que nos lleva al fracaso.

(*) Espero que no se interprete como discriminación: es una ignorancia repartida entre toda la población, sin importar el status social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿A ver si entendí? Dice que tanto en la antigua Grecia como acá-y-ahora había democracia, con la diferencia que en Grecia votaban "pocos pero buenos" y acá "muchos y malos". No voy a caer en el vulgar anacronismo de señalar que en Grecia había esclavitud y se la veía como algo natural. Pero sí querría decir que Atenas, que quedó destruída después de la guerra con Esparta (la cual no quedó mucho mejor) era una democracia del estilo de lo que hoy llamaríamos una aristocracia. Esto era así porque muy pocos podían considerarse "pueblo" (palabra que aún hoy continúa causando perplejidad a nuestros liberales). Había que ser varón (en Grecia el derecho al voto femenino que dio Eva Perón, no habría sido bienvenido), mayor de edad, no esclavo ni extranjero (la iniciativa de J. B. Alberdi de dar el voto a los extranjeros, tampoco habría caído bien allí), entre otras exigencias. Quedaban pocos (pero "buenos"). La cuestión es que esos "pocos pero buenos" vivían de guerra en guerra, mientras que nuestros "muchos y malos" habían logrado en 1955 alcanzar una repartición justa del producto bruto del 50% para el capital y 50% para las fuerzas productivas.